Presentamos textos de tres jóvenes poetas argentinas: Valeria Tentoni (1985), Rocío Wittib (1989) y Luciana Jazmín Coronado (1991). Se trata de autoras herederas de una tradición que le ha entregado a la poesía en lengua española la obra de Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Luisa Futoranski, Diana Bellessi, Ana Becciu, Paulina Vinderman, Tamara Kamenszain, etc.
Valeria Tentoni
(Bahía Blanca, 1985)
Es periodista y escritora. Edita, desde 2011, la Audioteca de poesía contemporánea. Publicó los libros de poesía Batalla sonora (Manual Ediciones, 2009), Ajuar (1º Premio Concurso Editorial Ruinas Circulares, 2011) y Antitierra (Libros del pez espiral, 2014), así como el libro de relatos El sistema del silencio (17 Grises, 2012). Participó como guionista de El abrigo del viento, de Romina Haurie (Lupa Productora, 2013). Fue incluida en distintas antologías, como Voces -30 de jóvenes narradores latinoamericanos (Ebooks Patagonia, 2014) y Penúltimos. 33 poetas de Argentina 1965-1985 (UNAM, 2014).
Adentro de la heladera siempre es de día.
Las cosas que están ahí no se quejan, no le piden a ningún dios
que apague la luz. Esperan su turno.
Algunas se vencen, pero se quedan igual.
Me gustaría ser la botella de Coca-cola
que cargo con agua de la canilla. Algo que acepta su destino
sin escándalos.
Vivo arriba de un supermercado chino.
El otro día colgué un pantalón de la ventana
y el viento se lo llevó. Tuve que bajar, tuve que pedirles permiso.
Me dejaron entrar al depósito: fue como llegar
a la vasija de pepitas de oro al final del arco iris.
Durante mucho tiempo pensé que el ruido ese venía de la panadería
que está a mitad de cuadra. Resulta que no,
que viene de lo de los chinos.
Hay un enorme motor que usan para ventilar su mercadería.
Las cosas que están ahí no se quejan, no le piden a ningún dios
que haga silencio.
Todo lo que brilla es satélite de alguna estrella opaca.
Algún día esa estrella dejará de existir
antes que sus rayos
y caeremos a una fe ridícula.
Si no hubiese cosas más tristes que esa,
esa sería una cosa triste.
Rocío Wittib
(Buenos Aires, 1989)
Ha colaborado en Cuadernos Hispanoamericanos y en Círculo de Poesía. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués. Administra el blog lifevestunderyourseat.wordpress.com. Los textos que presentamos pertenecen a su primer libro, aún en preparación. Actualmente vive en España.
antes el mundo era el nombre de las cosas
yo sabía cómo se decía casa perro árbol
y eso significaba lo que era
y era la vida
luego algo se volvió escurridizo
las cosas comenzaron a huir de las palabras
todo lo que intentaba nombrar quedaba vacío
y eso significaba que la vida transcurría
ahora el mundo es una palabra sin idioma
sobreviviendo en el lenguaje
las cosas significan preguntas
y la vida es eso que aún no logro responderme
Luciana Jazmín Coronado
(Buenos Aires, 1991)
Luciana Jazmín Coronado mereció el I Premio Hispanoamericano de Poesía de San Salvador, por su libro Catacumbas (Valparaíso, 2016). Estudia Licenciatura en Letras en la UBA y Traductorado de inglés en el Lenguas Vivas. Publicó La insolación (Viajero Insomne, 2014). Poemas suyos fueron publicados en antologías como La juntada. VI Festival de Poesía Joven (La guillotina, 2014) y El Rayo Verde (Viajero Insomne, 2014).
El oso
cuando te visitaba
dormía en el cuarto de servicio
con un osito,
el único juguete
que por la pena que me daba
le puse tu nombre, Daniel
Daniel duele, padre, está vivo en mí
Daniel es dulce
pero adentro es carnívoro
duele como el viento en las pestañas
duele papá Daniel
el espejo tuyo en mí
la obra hecha de sal
duele papá pero no sangro
dejo el fondo mío
en el aljibe
me espanto ante tu rostro viejo
tus ojos de telarañas, papá
duele aquello que se tiende
sin tacto sobre mí
papá he dicho
no vuelvas a mirarme
recito hasta sentir tu muerte;
cada palabra te deshace
de mí finalmente
padre de viento
podrás esperar lívido
este poema
marcaré
tu ataúd
con tiza
bordaré tu ropa
con poemas te haré
palabras en la boca
entraré
despacio, papá
para no molestarte