Cuento mexicano actual: Atzin Nieto

Presentamos un cuento de Mariano Atzin Nieto Silva (Cd. de México, 1991). Estudiante de la carrera de Lengua y Letras hispánicas en la UNAM. Escritor y amante del género negro. Ha sido publicado en diversos estados de la República Mexicana como son: Baja California Norte, Veracruz, Guerrero, Michoacán y el Distrito, así como también en Granada y Toledo, España. Es columnista para Editorial Alianza en El librero, revista Morbífica y Solo Novela Negra. Es guionista para “Su casa y otros viajes” en Radio Educación. Fue becario en el Festival Cultural Interfaz Pachuca, organizado por ISSTE-CULTURA en el 2017.

 

 

 

Las mujeres de tu vida al infierno te van a llevar

 

Es una consumada maestra

en el arte de enseñar justamente el trozo de pierna necesario

 para inclinar al juez a su favor si necesidad de ser inmoral. ¡Vaya chica!

El caso de las muñecas semejantes

Erle Stanley Gardner

 

Primera declaración del delincuente Ignacio Reyes alias el Bombón a su abogado:

Todo empezó cuando “el Muelas” llegó a la pulcata ese domingo por la tarde. Yo estaba con mi morra la Coris, “el Manotas” y su pollo la Ivon, mientras que “el Pájaro”, “el Chema” y mi compadre “el Donas”, de a soldado viendo el partido del Ame contra el Azul. Nos gustaba ir con don Lupe porque nos regalaba la botana, siempre y cuando le compráramos más de una cubeta de ampolletas y sin hacerle mucho relajo, sin embargo, mi compadre comenzó de impertinente al ver que sus aguiluchas perdían, pero yo siento que sobre todo le ardió ver que le pedaleaban a su ex vieja en sus meras narices, y como había empezado a tomar desde la mañana en la peluquería del Chema, a la hora del partido ya se sentía Kalimán. Ya sabe, cuando uno anda medio pedo le sale lo valiente, se siente héroe e inmortal. Como mi compadre no más no se callaba el hocico, “el Manotas” le dijo, medio en serio medio en broma, que si era de los que comía vidrios y cagaba vasos, ora sí que, pues que se viera, ¿no? Y que para hablar hasta los pericos. Por eso, que si muy chingón y acá, se fuera a robar otra vez, como en los viejos tiempos.

En el barrio todos sabíamos quién era quien; la gran mayoría alguna vez en la vida le pegó al fino arte de meter el dos de bastos para sacar el as de oros, o sea para que me entienda, lo que se dice robar, ya luego le buscaron por otro lado dejando atrás su pasado negro, sin embargo hubo uno que jamás se retiró, ese era “el Muelas”. Un bato ni chaparro ni alto, medio gordito, sin barba, menos bigote, con un tatuaje de San Juditas en el brazo izquierdo, que usa siempre gorras americanas y una cadena de la santa muerte. Todo un chingón para los trompones, pero lo que sea de cada quien es un compa bien cocolizo y como le gusta el olor del dinero, es bueno para planear hasta el último detallito, detalle y detallón. Se sabía varias, por esta. Dicen que aprendió las peores mañas aquí en cana, en donde estuvo más de tres veces, aunque luego luego lo sacaron absuelto, pues está bien apadrinado allá arriba. Por eso “el Muelas” le pegaba a lo puro pesado: las grandes ligas. Casi como un judicial pero sin placa.

Yo nomás miré la carota que hizo mi compadre. Con los puros ojotes que le echó al “Manotas”, le dijo hasta de lo que se iba morir. Traían pique eso dos. Ire es que “el Manotas” tiene la sangre pesada y ya borrachos son como perros y gatos. Total que el mentado partido se acabó y ni nos dimos cuenta, porque en eso llegó “el Muelas” rete contento; chifle y chifle. “Qué tranza, papi, ¿seguimos la fiesta o qué?” Venía solo, pero nunca estaba desarmado; su tubo era como su ángel de la guarda, lo seguía a todos lados de noche y de día, nunca lo desamparaba al estar listo dentro de su mariconera y ya había mandado a no sé cuántos cabrones directo a la chingada. Le pidió a don Lupe una cubeta de Modelos bien muertas mientras se sentaba en nuestra mesa. Lo primero que dijo fue que tenía un encargo especial, por ende, esperaba poder contar con nuestra ayuda, por las buenas o por las buenas. Así que no podíamos hacernos del rogar.

 

Declaración de un policía remitente:

Siendo las 22:05 VEINTIDÓS HORAS CON CINCO MINUTOS del día, 31 TREINTA Y UNO de DICIMEBRE del año 2013 DOS MIL TRECE, estuvo presente en estas oficinas quien en su estado normal dijo llamarse JOSÉ DE JESÚS PEREZ PESCADOR———————————————-DECLARÓ—————————————————————–Que el emitente presta sus servicios como Agente de la Policía Preventiva para la Secretaria de Seguridad Pública con número de placa 35050 en compañía del policía Leonardo Reyes Trigueros con número de placa A06991 a bordo de la patrulla 05061 del sector VII norte auxiliar en la delegación Venustiano Carranza y en relación a los hechos que se investigan manifiesta que el día de hoy siendo aproximadamente las 21:30 horas, al encontrarse realizando funciones de vigilancia propias de la policía preventiva a bordo de su patrulla, fueron informados por central de radio que se trasladaran a las calles de Norte 33 esquina con Oriente 168, en la colonia Moctezuma 2da. Sección, ya que al parecer, unos sujetos se encontraban asaltando el lugar, motivo por el cual de inmediato se trasladaron al domicilio antes indicado, por lo que al llegar una persona que dijo llamarse BETO GÓMEZ DEL VALLE les solicitó su ayuda, manifestándoles que dos sujetos con máscaras ingresaron a su local para robarle a punta de una arma de fuego y otra, un objeto punzocortante, varias y diferentes botellas de alcohol, mismas que suman una cantidad cercana de $10,000 DIEZ MIL PESOS, bajo la amenaza de privarlos de su existencia, tanto a él como a sus empleados, si ofrecían resistencia alguna. Por lo que se procedió a verificar de manera personal el interior del citado domicilio, a petición de BETO GÓMEZ DEL VALLE, siendo por el momento todo lo que desea manifestar. Previa lectura de su dicho lo ratifica y firma al margen para constancia legal.

 

Segunda declaración del delincuente Ignacio Reyes alias el Bombón a su abogado:

Oiga Lic., alguna vez ha escuchado decir a la gente la siguiente frase: “Uno tiene que ser millonario, no importa que en el infierno se queme” ¿No?, yo sí, pero quienes más la dicen son las morras, algunas sólo piensan en hacer dinero hasta con las piedras. Se sienten Chayo corta uñas. Me cae. Pero, no quiero hablar de cosas tristes. Total, la calle nos hizo y no sabría decirle por qué aquí nos tocó vivir.

Lo que sucede es que “El Muelas” quería celebrar el año nuevo con los habitantes de la vecindad. Nos dijo, pues ora sí que la chamba estaba muy herida, y como su mujer había comprado niño hace poco, andaban bien brujas, pero a pesar de todo querían organizar una pequeña fiesta en el barrio. Yo siento que eso fue un pinche pretexto para embarrar a los demás, y él chingarse una lanita para salir de sus gastos. Porque da la casualidad que ya tenía el sonido del “Miniño”, dos tablones y cien sillas que “Lolo” pondría. Ora según hasta la trama ya estaba, ¿puede usted creerlo? Puro plan con maña. Y como la pachanga era de traje y corbata, sólo hacía falta el pisto, pero la Ivon metió su cuchara al decir que no caerían mal unos mentados pasteles, de esos rellenos de tres leches, pero de la Esperanza. “el Donas” en corto le hizo sombra y “el Manotas”, que no se quería ir de hocico, dijo que como ya andábamos terroreando por el barrio mejor jaláramos pa´ la pastelería con nombre de panteón francés, esa que está unas cuadras más pa´rriba.

Usted debe conocer al “Manotas”, es un cabrón bien flaco y parece que está chupado, aparte de ser pelón tiene los ojos azules; una ocasión salió en casi todos los periódicos por andar de revolucionario bloqueando Eje Central. ¿Lo recuerda? Pues él tiene un taller ahí sobre la 158 y Norte 35. Fácil ha de tener unas veinte motocicletas. Todas las mañanas lo puede ver talachando sobre su calle. Está juntado con la Ivon; un llaverito de pelo chino, piel color ambulancia y voz de recepcionista de hotel. Con tremendas razones de peso que tiene, nadie le pode negar nada. Pero, deje le digo que esa mujer es el mismo infierno, a pesar de tener una cara angelical, también tiene su historia, y no me refiero al capítulo en el que pasó por las armas de todos… Sí, hasta yo también hice mi chamba y conocí su par de corazones tatuados en la punta de sus encantos, está viendo que el niño es risueño y todavía le hacen cosquillas, pero chitón, ¡eh! No, no me miré así, Lic., yo no tengo la culpa de que mi compadre se haya enculado; él sabía que esa relación no iba a cuajar. La excusa de la Ivon cuando lo dejó, fue dizque por su mal olor a aceite rancio, y a los tres días la vimos muy quitada de la pena arriba de una cuatrimoto rosa paseándose por el deportivo con “el Manotas”. ¿Quién las entiende? O sea, que no quiere a uno por su aroma, pero se va con el otro que está todo sucio y lleno de grasa. Fíjese, lo que son las cosas. Por eso se odian a muerte esos dos. El “Muelas” quiso solucionar el problema para que entre ellos no hubiera conflictos ni mucho menos resentimientos, pero es que pinche vieja si se pasó de cabrona, porque mientras andaba con el “Donas”, casi diario se le veía bien hojalateada, con sus escotazos, y shorcitos ahí en el taller del “Manotas” platique y platique, mientras mi compadre ni por enterado, por andar vendiendo sus donas de tres por diez, allá en el aeropuerto.

Para la operación contábamos con las motonetas del “Manotas” y el Tsuru negro con calcomanías de llamas en las salpicaderas  del “Muelas” que se trajo de a roberto desde la hermana república de Chalcoslovaquia, los tubos los tenía “el Chema” escondidos dentro de su estética Mi vida es otra. “El pájaro” compró unas máscaras bien curas que para qué le cuento. Nada podría salir mal. Sólo era cuestión de ejecutar el plan tal y tan tan, buenas las tengan y mejor las pasen. Uno, a veces piensa que algo va a salir bien y resulta todo lo contrario. Por eso terminé aquí.

 

DECLARA TESTIGO.- Siendo las 15:00 QUINCE HORAS CON CERO MINUTOS, del día 6 SEIS del mes de ENERO del año 2014 DOS MIL CATORCE, estuvo presente en esta oficina quien en su estado normal dijo llamarse JOSÉ LUIS MARTÍNEZ TRUJILLO.—————————————————————–DECLARÓ————————————–Que en este momento se identifica con una licencia para conducir expedida a favor del declarante por la Secretaria de Transportes y Vialidad con el número K90328021, la cual presenta una fotografía a color que concuerda con los rasgos fisonómicos del que la exhibe, documento del cual se da fe y se le devuelve por así solicitarlo y no existir impedimento legal para ello, y en relación a los hechos que se investigan, manifiesta que el día treinta y uno siendo aproximadamente las 22:30 horas se encontraba en el interior de su vehículo, de la marca Volkswagen, tipo sedán, modelo 1998, color gris, placas de circulación 482FEX del Distrito Federal, llegando a su domicilio ubicado en calle Norte 172 esquina con calle Tansvaal, número 143, y percatándose en ese momento de cómo cinco sujetos que usaban máscaras saqueaban diversos objetos del interior de la pastelería de nombre Montparnasse, ubicada, sobre calle Norte 172 y entre las calles Bolívares y Transvaal. Por tal razón, procede de inmediato a salir de su vehículo para intentar detener a estos sujetos, observando que en ese momento se dirigían hacia sus vehículos; dos motones de la marca Italika, tipo WS 150CC, estacionadas en la calle Bolivares, y un vehículo de la marca Nissan, tipo tsuru, modelo 2005, color negro, estacionado en la calle Norte 172 con los que pretendían darse a la fuga, pero al parecer una de las motos, de color amarillo huevo, no encendió, razón por la que dos de los cinco sujetos comenzaron a correr con dirección a Circuito Interior para retirarse del lugar. El testigo afirma que observó a lo lejos cómo circulaba una patrulla de la policía preventiva, a cuyos tripulantes les señaló la ruta de escape utilizada por los sujetos que iban a pie y pretendían darse a la fuga corriendo, mismos policías que fueron en su persecución pero no lograron detenerlos, sino cuatro días después cuando asaltaban uno de los restaurantes conocidos como Sanborns, y que al tener a la vista en esta oficina a los que dijeron llamarse IGNACIO REYES SEGURA apodado “El Bombón” y  JUAN ÁNGEL MENDOZA REBOLLEDO mejor conocido como “El Manotas”, los reconoce plenamente y sin temor a equivocarse, como los mismos sujetos que saquearan el interior de la pastelería e intentaran fugarse en la motoneta color amarillo huevo, modelo WS 150CC. Siendo esto todo lo que sabe y le consta. Previa lectura de su dicho lo ratifica y firma al margen para constancia legal.

 

Declaración confidencial del  delincuente Ignacio Reyes alias el Bombón a su abogado:

Qué bueno que vino, Licenciado. Quería pedirle un favorcito. Acá entre nos. Es que eso de estar encerrado sin hacer nada de nada, no es lo mío. Ya sabe de lo que hablo, ¿no? El cuerpo tiene sus necesidades y yo la verdad, extraño las nalgas de mi vieja. Ire, desde que estoy aquí ni una mendiga visita conyugal. Carajo. Ya voy para seis meses y la pinche Cori ni sus luces. Cuando estaba libre no pasaban ni tres días porque ya estaba de querendona pidiendo su cambio de aceite para poder colgarle los aretes a la tortuga. Le juro. Era una diabla y se ponía retecontenta al ver llegar a su cíclope chino. Si viera todas las fotos que me mandaba quesque para que no dejara de pensar en ella. Sólo tengo esta. Mire, es la del tatuaje del tecolote maltés en la mano derecha. Quisiera volver a tener mi cara entre sus melones y así echarme un coyotito. Era toda una leona en la cama, mi chula descarada… híjole, si pudiera entregarle esta carta, se lo agradecería de corazón. Vive allá por el aeropuerto. La dirección la escribí en el sobre. Dígale que su bombón la extraña. Por cierto, ¿cómo ve mi asunto, creé usted que saldré pronto?

 

DECLARACIÓN DEL DENUNCIANTE.- Siendo las 02:00 DOS HORAS CON CERO MINUTOS del día 4 CUARTO del mes de ENERO del año 2013 DOS MIL CATORCE, estuvo presente en esta oficina quien en su estado normal dijo llamarse MARIO ALBERTO MONTT FLORES.———————————————————————————————————————————–DECLARÓ—————————————————–Que en este momento se identifica con credencial expedida a favor del emitente por el Instituto Federal Electoral con número de folio 70639872, la cual presenta una fotografía a color que concuerda con los rasgos fisonómicos del que la exhibe, documento del cual se da fe y se le devuelve por así solicitarlo y no existir ningún impedimento legal para ello y en relación a los hechos que se investigan manifiesta es el subgerente de uno de los restaurantes Sanborns, ubicado sobre Circuito  Interior, entre Norte 9 y calle Norte 3, el cual el día de ayer 3 de enero del 2014, siendo aproximadamente las 22:35, cuando tres sujetos que portaban máscaras, ingresaron al local para robar a punta de arma de fuego, la cantidad de $100,000 CIEN MIL PESOS, misma que en ese momento iba a ser depositada en un sobre sellado con diurex, dentro de la caja fuerte por la contadora, IVONNE MONTSERRAT QUIROZ ORTEGA. Bajo la amenaza de que si se negaban a colaborar, comenzarían a disparar, dijo uno de estos tres sujetos mientras les apuntaba con un arma calibre 38 a la cabeza. Curiosamente, las cámaras y las alarmas de seguridad habían sido desconectadas minutos antes, pero una de las empleadas del departamento de perfumería, de nombre CORINA GUTIÉRREZ LOEZA pudo dar aviso oportuno a las autoridades, mismas que de manera eficiente frustraron el robo al detener in fraganti a IGNACIO REYES SEGURA apodado “El Bombón” y JUAN ÁNGEL MENDOZA REBOLLEDO mejor conocido como “El Manotas”. Por lo que el encargado de esta sucursal, MARIO ALBERTO MONTT FLORES solicita la devolución total del dinero una vez que hayan intervenido los peritos en la materia y en caso de no haber impedimento legal para ello, siendo por el momento todo lo que desea manifestar. Previa lectura de su dicho lo ratifica y firma al margen para constancia legal.

 

Última declaración del  delincuente Ignacio Reyes alias el Bombón a su abogado:

¿Cómo le va, Lic? Estaba pensando en todo lo que le he dicho desde que nos conocimos, si quiere puede escribir un cuento, de esos chingones, que luego hasta películas les hacen. Ya eso es cuestión suya; igual si decide cambiarle los nombres. Nomás le quiero terminar de contar todo lo que pasó y no es por ser chiva, es pa’ sacarme la espinita. Pero, ¿de casualidad no tendrá un cigarrito?

Resulta que esa noche, yo y mi compadre nos tendimos en las motos para casa “Betitos”, cabe aclarar que nomás eran dos y estaban pintadas de amarillo mango. Para empezar, en donde nos chingamos el alcohol, no había ni seguridad, las cámaras de vigilancia, estaban descompuestas desde hace tiempo. Una vecina del 215, que no tenía para darle de comer a sus morritos, se enteró y a los tres días ya se andaba surtiendo, sin embargo, una noche el Beto la torció porque a una de sus criaturas se le cayó la lata de frijoles cuando ya iban de salida y pues ahí mismo los puercos se la llevaron a la delegación para que durmiera calientita. La cosa estaba en ir con mi compadre, sacar los tubos, agarrar unas cuantas botellas de whisky, tequila o vodka, y ahuecar el ala. Nomás teníamos diez minutos, antes de que llegara la tira. Mientras, los demás estaban de camino por los pasteles en el Tsuru del “Muelas” pero que la Ivon hábilmente conducía. Le gustaba cambiar velocidades.

No sé si usted se enteró de unos sujetos vestidos de payasos que asaltaban otsos en Nezayork. Después de leer esa noticia en el periódico nos surgió la idea de usar disfraces o de menos unas máscaras, pues como aquí casi todos nos topan, teníamos que pasar desapercibidos. Como ya le dije, “el Pájaro” fue quien las armo allá en el mercado de Sonora. A mi compadre le tocó la máscara del pinche pelón, a mí la del botudo, al “Pájaro” la del Zerillo, el “Manotas” eligió la del Cuauh, “el Chema” se puso un antifaz de mujer, porque ya no había de hombre  y el “Muelas” una del Santo.

¿Oiga, Lic., y sí le gusta el futbol? Yo siempre echaba la reta cada semana, incluso teníamos nuestro equipo de futbol, “Los legionarios del pisto”. Dos días antes jugamos la final y aunque perdimos agarramos la fiesta, y la noche del golpe mi compadre, “el Chema” y “el Pájaro” seguían usando sus pinches camisas. Parecían salidas de la jaula de las locas. Pero, mire, las cosas no son como algunos dicen, nel. El treinta y uno, el cinco salió a pedir de boca. Es puro choro eso que declaró el fulano que dice habernos visto. Ire, cómo nos va a reconocer si estábamos disfrazados. Pero usted mejor que yo, sabe cómo es la justicia aquí; sólo sirve para fabricar testigos. Ese compa ha de haber estado tragando en unos de los puestos que están por ahí, los polis lo torcieron y pa’ pronto tenían a su chiva. A la hora de regresar, eso sí, una de las motos no quiso prender y como la nave venía atascada echamos un volado y le tocó al “Donas” irse en metro.

Por último, días después del atraco, “el Manotas” me comentó de un plan que le había propuesto su vieja. Resulta que la Ivon, luego de su experiencia con nosotros en el atraco de año nuevo tuvo la idea de asaltar el sangrons en el que camellaba, porque según le pagaban muy poquito y ya le debían no sé cuántos descansos y horas extras. La morra nos dio fecha y hora exacta, para que sólo llegáramos a recoger el cinco. Cuando las cámaras y las alarmas estuvieran desactivadas nos daría luz verde con un mensaje de texto; tendríamos a lo mucho diez minutos, pero yo no sabía, le juro, que la Coris también trabaja ahí. Nosotros nada más desconchábamos y punto. No la quería para hablar. Si la hubiera visto, le habría dicho: Qué onda, mija. Mira nomás qué chulas se te ven tus piernas con ese uniforme. Vámonos riendo pal Zócalo que´s nuestra luna de miel: tú tranquila y yo nervioso. Vale.

Esa vez el único que nos acompañó fue “el Muelas” porque mi compadre, “el Chema” y “el Pájaro” seguían con la fiesta conservándose en alcohol. Al entrar lo primero que vimos fue a la Ivon caminando con un sobre envuelto en diurex y al subgerente, un göey gordito y cagado, con lentes de culo de botella, que la seguía agarrándole sus nalgas, entonces, “el Manotas” al ver eso, se prendió y en corto lo recibió con una dotación de surtido rico de dulces chingadazos; ya cuando nos dimos tinta el pobre bato estaba inconsciente tirado en el piso. Fíjese que los gorilas de seguridad, en ese momento se los ha de haber tragado la tierra, porque yo jamás los vi. La Ivon se encargó de desconectar hábilmente las alarmas y apagar las cámaras, pero eso sí, no me pregunte cómo ni con quién se la tuvo que rifar, porque ya se imagina lo que hizo para conseguirlo. Entre todo el desmadre ni escuchamos a los puercos. Ya en la patrulla mientras nos anduvieron paseando se arreglaron con el “Muelas”, éste les dijo, que lo dejaran ir, que pronto se pondría a mano con el Comandante Calderón. Antes de entrar a la delegación, el “Muelas” se bajó con su parte del dinero, el resto se la dividieron ellos, y nosotros fuimos las cabezas de turco. Pues sí, chango no come chango. Lo curioso fue, que después de dejar libre al “Muelas” mientras los azules contaban el billete alcancé a ver el Tsuru, ese de Chalcoslovaquia con llamas en las salpicaderas que usamos aquella vez, y a la Ivon bien arreglada con una sonrisa de oreja a oreja. Pero no sé, igual sólo fue mi imaginación, por eso le digo que con las viejas nunca se sabe.

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