Poesía mexicana: Odette Alonso

Presentamos algunos textos de Odette Alonso, pertenecientes al poemario Old Music Island  que acaba de ganar el Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017. Alonso es poeta y narradora. Nació en Santiago de Cuba y reside en México desde 1992. Su cuaderno Insomnios en la noche del espejo obtuvo el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” en 1999 y con Old Music Island acaba de ganar el Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017. Autora de doce poemarios, de la novela Espejo de tres cuerpos (2009) y los libros de relatos Con la boca abierta (2006) y Hotel Pánico (2013). Sus dos décadas de quehacer poético fueron reunidas en Manuscrito hallado en alta mar (2011) y Bajo esa luna extraña (2011). Compiladora de la Antología de la poesía cubana del exilio (2011). Fundó el ciclo Escritoras latinoamericanas que ha organizado durante una década en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

 

 

 

 

Y NAVEGAR

 

El olvido se diluye en ese diálogo de gestos

tu vestido

aquella tarde en que no estuve

la ola

que sobre tu cuerpo esparce

tanta mórbida arena.

Lleva ventaja el mar

hay huellas que persisten

en esa tierra fértil del silencio

y el olvido naufraga entre luminiscencias

amanecer de fiestas en la piel

una danza que era mía

y me negaste.

Hay sueños que no deben echarse a la corriente

ni a la duda.

Navegaremos juntas.

Sobre esa barca

no hay naufragio

ni hay olvido.

 

 

 

PUNTO CERO

 

Una saeta me apunta desde el rabillo del ojo

tu perfume da a la tarde un sinsentido.

De un hilo cuelga el beso

de esa línea invisible trazada sobre el aire

como el vuelo de un insecto.

¿Puede llamarse beso

a ese destello

alejado de los labios

que se muerden

del ardor que evoca esa palabra?

El tiempo pasa

sobre las dos

inalterable.

Éste es el punto cero del amor.

 

 

 

VUDÚ

 

Ella puso sobre mi mano

una caja artesanal

con motivos florales.

Adentro

cuatro alfileres de vudú

cuatro niños diminutos

clavados en mi cuerpo.

Que sería suya

eso dijo

aunque tuviera que hincarme

la saeta entre las piernas

y en esa víscera llamada corazón.

Volaron mariposas agoreras

se escuchó el aletear

y entre las sombras

el chasquido de una lengua

que no existe.

 

 

 

MUJER DE AGUA

 

Esa mujer tiene un gato sobre el hombro

y un nombre que se arranca de la piel

la piel que niega la palabra

y apela al roce

a lo dicho sin voz.

Esa mujer me inquiere desde sus ojos arduos

traza caminos hacia las tierras

donde el agua bautiza.

Sangra la herida

tal vez en la rodilla

tal vez en ese sitio inconfesable

y el agua grita el nombre

y la añoranza.

Esa mujer espera

y yo quiero alcanzarla.

 

 

 

CAJA DE ESPEJOS

 

En esa caja de espejos

no hay vidrio que no registre

la intensidad de la luz

su falta temporal

el calor que desprenden

los cuerpos que se abrazan

que tiemblan

como si toda la magia

empezara

y terminara

entre sus bocas.

 

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