Poemas para beber en el Starbucks: la complicada maravilla de Paul Celan

Dentro de la columna Camisa de once varas, Édgar Amador continúa con la sección de Poemas para beber en el Starbucks, y ahora nos trae una reflexión sobre Paul Celan y la compleja belleza que contiene su poesía. Celan es uno de los autores fundamentales del siglo XX, tanto que es quizás el poeta más estudiado de la posguerra.

 

 

 

Poemas para beber en el Starbucks: la complicada maravilla de Paul Celan

 

Muchas veces los poetas tienen la culpa de que casi no se lea poesía. Muchos poetas piensan que un poema difícil de leer es un buen poema. Hay poemas sencillos de leer, inmediatos, que son grandes poemas, y poemas difíciles de leer que son poemas desechables.

Lo contrario ocurre también.

Lo importante entonces no debería de ser el poema, sino la poesía. La buena poesía puede encontrase en una canción comercial, o en un poema conceptual y abstracto. Poetas fáciles o difíciles deberían de aspirar a escribir buena poesía.

Paul Celan es un poeta de poetas. Puede ser tan difícil que solo los poetas, y no cualquiera, pueden entender sus poemas. Su escritura, sobre todo la de madurez, es complicada incluso para los germanoparlantes como él. Es fama que sus traductores sufren. Paul Celan puede ser un poeta extremadamente difícil de leer.

Pero probablemente sea uno de los mejores poetas que hayan existido.

Judío rumano de cultura alemana, sobreviviente del holocausto, nunca abandonó el alemán a pesar de haber abandonado el lebensraum de Alemania. ¿Cómo hablar y escribir en el idioma de tus verdugos? ¿Cómo seguir enriqueciendo el idioma de los asesinos de tus padres?

Paul Celan escribió una de las obras más hermosas y complejas de la poesía moderna antes de suicidarse, ahogándose en el Sena, en París.

Para un poeta tan complejo como Celan este poema es sencillo. Celan describe un cuerpo femenino, parte a parte. Pero hay algo curioso: no es un cuerpo, sino una sombra. Y ese juego de sombras es quizá lo que le permite describir ese cuerpo con imágenes absolutamente inesperadas. Tras listar la parte a ser descrita lo que nos espera es una sorpresa, un choque que nos deja boquiabiertos.

José María Pérez Gay hizo varias traducciones (esta entre ellas), limpias y poderosas de poemas de Celan. Si pasan por un Starbucks o cualquier café, o van en el Metro, o tienen un tiempo por allí para sacudirse los sentidos y darse cuenta del enorme poder de la poesía, léanse por favor las siguientes líneas, las cuales no necesitan mayor explicación mas que entender qué hacer con el asombro que nos queda luego de leerlas.

 

Retrato de una sombra

 

Tus ojos, huellas de luz de mis pasos;

tu frente, temida por el brillo de las dagas;

tus cejas, travesía de las pérdidas;

tus pestañas, mensajeros de cartas largas;

tus rizos, cuervos, cuervos, cuervos;

tus mejillas, campo de armas de la mañana,

tus labios, huéspedes tardíos;

tus hombros, estatua del olvido;

tus pechos, amigos de mis serpientes;

tus brazos, árboles ante la puerta del castillo;

tus manos, tablas de juramentos muertos;

tus caderas, pan y esperanza;

tu sexo, ley del incendio del bosque;

tus muslos, alas en el abismo;

tus rodillas, máscaras de tu cortesía;

tus pies, campos de batalla de las ideas;

tus plantas, gruta del fuego;

la huella de tu pie, el ojo de nuestra despedida.

 

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