Entrevista a José Mármol, por Mario Bojórquez

Presentamos una conversación entre Mario Bojórquez y José Mármol, en los días del Primer Encuentro Iberoamericano de Poesía Ciudad de México 2006, donde se reunieron los poetas más importante de su tiempo; José Mármol fue invitado a dicho encuentro de poesía. José Mármol fue ganador del Premio Internacional Eliseo Diego, en 1994, de la revista Plural.

 

 

 

Entrevista a José Mármol

 

Por Mario Bojórquez

 

Mario Bojórquez.-Estoy con José Mármol, un poeta nacido en la década de los sesentas. Es un autor que lo mismo escribe poesía que ensayo, ¿escribes narrativa? Te lo pregunto por que en cierta medida tú eres un poeta en prosa.

José Mármol.-Así es, pero aunque he elaborado planes sobre todo en novela todavía no me he lanzado, esa es la verdad, pero no lo descarto. Por ahora lo que he trabajado fundamentalmente es la poesía y el ensayo.

MB.-Desde luego cuando uno lee tu prosa uno siente atrás la cadencia del verso ¿Cuál fue tu formación primera? ¿Fue una formación de verso? ¿De verso formal o libre desde el principio?

JM.-Digamos que yo trabajé bastante los versos clásicos. Todo el siglo de oro español para mí fue muy importante toda esa lectura y después poetas del siglo XX que insistían en trabajar con la estructura del verso con acentos prosódicos. Recuerdo que mis amigos me bromeaban porque decían que yo hablaba en endecasílabos. De manera que estuve demasiado familiarizado. El soneto es una estructura que yo trabajé mucho durante un tiempo aunque nunca he publicado nada es la verdad. He dejado esas cosas ahí hasta revisarlas algún día y quizás publicarlas.

MB.- ¿­Y como derivaste hacia esta otra forma de expresión mucho mas libre?

 JM.- Por supuesto, yo creo que es un asunto generacional también, es decir, cuando tienes diecisiete, dieciocho años, yo empece antes por supuesto como mucha de la gente de mi generación en mi país, la generación de los ochentas pues empezamos apenas en la adolescencia a trabajar, a escribir poesía. Y a pesar de ese ejercicio del que te hablaba, de escribir sonetos o de escribir con versos medidos y rimados incluso de acuerdo a las estructuras que conocemos en la lengua española, el transito al verso libre era prácticamente una necesidad, porque así lo hicieron nuestros poetas predecesores. Estamos hablando de generaciones como, por ejemplo, la poesía sorprendida en mi país, que tuvo ambas cosas, es decir, que tuvo un Franklin Isis Burgos, por ejemplo, que fue un poeta extraordinario, de una gran claridad en la factura del verso que te escribía, versos medidos pero igual te escribía versos libres, y un Antonio Fernandez Espencer un poeta nuestro con una incidencia importante en la poesía española de los años cincuentas y así otros, pero para nosotros y las lecturas que hacíamos y las reflexiones en torno al fenómeno de la poesía, pues era más retador, era más importante también romper con esos moldes clásicos y hacer algo más libre, más acorde con el concepto revolucionario que en ese momento tratábamos de empujar de la poesía.

MB.- Ahora de pronto con el poeta José Kozer veo esta vinculación también con una corriente que se ha llamado el Neobarroco que es una corriente importante en todo el español americano y desde luego en otras lenguas, pero digamos que se ha enraizado en nuestras tradiciones locales, ¿Tú cómo llegaste a ella, cómo te encontraste con este rumbo?

JM.- Pues mira, yo no he tratado de limitar mí expresión poética a ningún ismo esa es la verdad, esto para mí en un libro como deus x machina y antes en un libro anterior también La invención del día, el reto importante era justamente mostrar cómo es el verso independientemente de que lo midas, lo rimes o lo expreses en bloque como lo hice ene esa oportunidad. Era la idea, encontrar el balance entre el ritmo y el tiempo de la prosa y entre el ritmo y el tiempo del lenguaje poético y eso fue, de eso se trató, más allá de cualquier intención conciente o inconsciente de contextualizar mi trabajo en un ismo determinado. Tengo respeto y por qué no, intereses del punto de vista teórico a cerca de estos movimientos, pero no me he interesado adscribirme en ninguno de manera militante, de hecho por ejemplo, mi generación en Santo Domingo, de la cual los críticos e historiadores de la literatura Dominicana entienden que yo soy un gestor, en esto de la política del pensar y todo lo de más, siempre me resistí a escribir un manifiesto aún que me lo pedían, porque yo creo que como decía Vallejo, el arte está más allá de cualquier mancuerna de tipo ideológico y hasta estético.

MB.- En todo caso, cada poema es un manifiesto evidente y concreto del momento.

JM.- No hay mejor manifiesto que el poema mismo.

MB.- Ahora, este trabajo que también haces de la reflexión, un trabajo que va paralelo a la creación y que desde luego en todos los poetas debe darse ese caso, sin embargo en tu caso cristaliza en ensayos, cristaliza en reflexiones, en crítica literaria, y este doble valor del sentir del pensar, del pensar sintiendo, del sentir pensando, ahora nosotros en el caso de Octavio Paz tenemos para México el gran ejemplo de cómo se puede sobrellevar, digamos, este doble ejercicio, el ejercicio del corazón que piensa y del pensamiento que siente.

JM.- Bueno, no solo para ustedes los mexicanos, Paz fue un modelo también para todos nosotros y yo creo que también para toda Hispanoamérica, eso era para mi muy importante, es decir, tratar de reflexionar en el ejercicio mismo de la escritura a cerca del fenómeno escritural del proceso de la creación misma, pues era una necesidad porque yo estaba sustentando en esos momentos estamos hablando de inicios de los años ochenta estaba sustentando la necesidad de ruptura de los que empezaba a configurarse, a conformarse como un movimiento generacional respecto de las generaciones precedentes , entonces, todo el ejercicio a cerca de lo que debía yo entender que era la poesía, pues me exigió justamente ponerme en contacto con grandes pensadores a cerca del fenómeno poético y sobre todo paz por ejemplo, con dos libros cruciales, son El arco y la lira y en el ejercicio mismo de escribir Libertad bajo palabra, pues de ahí paso entonces a conjugar esas necesidades de reflexión a cerca del verso con otros autores de distintas latitudes, y bueno, se fue conformando ese corpus de ideas con un eje central desde mi perspectiva que es el de que la problemática central de la creación a través de la palabra  es el lenguaje entonces así voy articulando una serie de reflexiones que a final de cuentas forman todos ese corpus del que tu hablaste, pero para mi, yo tenia que tratar de cristalizar como tu bien dices este ejercicio de reflexión en torno al fenómeno de la poesía en el poema mismo porque también yo he tratado de ser un hacedor de poemas, en consecuencia yo tenia que ser coherente y he tratado de serlo a lo largo del tiempo entre el ejercicio reflexivo y el ejercicio creativo pero más allá aún yo te diría Mario para mi la creación es un ejercicio persé de reflexión y las reflexiones al mismo tiempo de la creación, piensa el sentimiento y siente el pensamiento, entonces yo nunca he encontrado distancias abismales entre la poesía y el pensamiento son para mi una unidad monolítica, compacta, granítica y de ahí entonces haya toda esa cadena de reflexiones.

MB.- Y leyendo la antología de poesía de Gallimard de poesía francesa del siglo XX me maravilló y me alegró encontrar en el prólogo una cita de Paz que incluía casi una y media paginas justo de El arco y la lira, es decir, utilizaban de pronto en Francia que es el lugar de la poesía que lo fue digamos ante todo el siglo XIX y una buena parte del siglo XX recurrían al poeta mexicano para explicar qué era todo este fenómeno de la poesía. El pensamiento de Paz efectivamente trascendió.

JM.- Efectivamente trascendió claro, y es que pocas veces nos podremos encontrar aún remontándonos Mario a clásicos de la literatura de occidente y del pensamiento en occidente pocas veces podremos encontrar un ejercicio de claridad tan eficaz en torno a la reflexión del fenómeno poético como lo encontramos en Octavio Paz.

MB.- Ahora, te quiero preguntar esta idea de ser isleño, tu vives en una isla que además está partida a la mitad por otro país por otra nación que incluso habla otra lengua, en la otra mitad de tu país hablan otra lengua, es una isla dentro de la isla aún, cuéntanos de esa parte, cómo sobrellevan ese peso.

JM.- Es un fenómeno interesante porque justamente yo te iba a subrayar no solo se trata de la insularidad por la condición de isla en el contexto de ese archipiélago caribeño, sino porque tenemos esa doble insularidad porque somos una isla al mismo tiempo dividida y con una barrera importante desde el punto de vista idiomático pero otra también desde el punto de vista del prejuicio cultural y racial, entonces eso nos hace una isla dentro de la isla desafortunadamente, mucha culpa de ello ha tenido todo el ejercicio intelectual que rodeó o de que se rodeó el dictador Trujillo durante treinta años en nuestro país, y yo creo que a pesar de esa realidad de orden geográfico, esa realidad de orden cultura y por supuesto mental, nosotros estamos desafiados a trascender la insularidad misma. El caribe hispánico tiene que estar más conectado y nosotros estamos haciendo un ejercicio para ello, realizamos eventos, intercambios, Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico.

MB.-Además cuba y ustedes eran lo mismo en algún momento.

JM.- Prácticamente.

MB.-Sé que algún gran revolucionario cubano era dominicano.

JM.-Máximo Gómez, que es el creador de la segunda revolución.

MB.-Estuvo en la primera y en la segunda a lado de Martí.

JM.-Efectivamente, Martí viaja a Santo Domingo en  1895 y se firma aquel acuerdo de Monte Cristo y de ahí que pase Máximo Gómez a dirigir el ejército. Antes de eso estuvo Adhuey, un cacique nuestro que viaja a cuba a luchar contra los españoles, de tal modo que hay esos vínculos muy importantes históricos importantes. Pero la realidad política de estas distintas naciones nos ha aislado un poco. Puerto Rico por ejemplo con la situación de colonialismo que todavía vive en pleno siglo XXI, Cuba que de momento se ve aislada por su proceso revolucionario y nosotros nos vemos en medio de esa excitación de tratar de definirnos hasta que finalmente decidimos establecer y formalizar relaciones con Cuba  y por supuesto mantener los vínculos con Puerto Rico. Esa insularidad en ese orden en los que hemos hablado es la que generación trata de romper y creo que lo hemos ido logrando.

MB.-Además ustedes tiene el ejemplo de Pedro Henríquez Ureña, un hombre que fue fundamental para México, nuestra antología del centenario en parte fue construida por él y José María Heredia que era cubano y todos ellos dirigido por Justo Sierra. Es decir, eran hombres universales. Yo recuerdo la colección de Clásicos Jackson que promovieron todos estos grandes viejos hermoso, incluyendo a Reyes, a Bioy Casares, Borges, Alberti, las grandes luminarias de nuestra lengua se reunieron para construirnos un tesoro y nos dijeron hijos si saben esto ya podrán caminar por el mundo.

JM.-Por esa gran vocación de magisterio más allá de cualquier frontera que había en estos hombre, son los forjadores del pensamiento hispanoamericano, así que yo creo que hoy en día con todos los avances de la tecnología, de ese proceso dual de desarraigo pero también de conexión globalizada que nos permite el desarrollo de la racionalidad tecnológica ha ido permitiendo también que esta especie de insularidad cada vez sea menos incidente en el proceso de pensamiento y de creación en nuestro país.

 

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